Para mucha gente Mallorca es un lugar de tranquilidad y de luz. En su momento, Frederic Chopin describió la isla de manera muy acertada. «…un cielo de color turquesa, un mar azul, montañas como esmeraldas y el aire como el cielo…». Nos gustaría añadir: un sinfín de pintorescas bahías, aguas cristalinas, largas playas de arena, campos de golf bien cuidados y gran variedad de paisajes naturales.
Mallorca tiene mucho que ofrecer
Mallorca, también, tiene buenas carreteras y una red de transporte moderna y funcional. Los fantásticos restaurantes son conocidos por todos. Los mallorquines y los turistas disfrutan tanto del tiempo en los encantadores pueblos dónde el tiempo parece haberse parado y de la atractiva oferta cultural. La capital, Palma, con su inimitable mezcla de antiguos y originales barrios y de modernas zonas comerciales, es también un imán para los viajeros de todo el mundo. Sin olvidar la excelente accesibilidad desde cualquier punto de Europa.
Un paraíso para los artistas
No sorprende que la isla haya producido efecto o sea el hogar de tantos pintores y otros artistas. La luz dorada muy especial en las horas de la mañana y de la tarde, el mar azul, las costas rugosas, los magníficos bosques de pinos y los callejones románticos, son una inspiración excelente para pintores, fotógrafos o escritores. Y luego está la paz y la tranquilidad del campo, sólo interrumpida por el canto de los grillos, el canto de los pájaros o el balar de las numerosas ovejas que pastan pacíficamente. ¡Un paraíso en la tierra!
Sugerencias interesantes para el descanso y la tranquilidad
Para alcanzar la paz y la tranquilidad, con mucho gusto, le proporcionamos algunos de nuestros secretos.
- Tómese su tiempo para bajar por la costa oeste hasta «Cala Deià». Allí encontrará una tranquila y fantástica cala y un popular restaurante sobre los acantilados. ¡Una experiencia inolvidable para un día de playa diferente!
- Una de las calas más solitarias y espectaculares de la lista de las diez primeras es «Caló d’es Serral». Se encuentra en la costa este, a unos 7 km por debajo del encantador pueblo portuario de Porto Cristo. Acantilados cubiertos de romero y olivos salvajes rodean una pequeña playa de arena. Aquí, los románticos pueden disfrutar de un día especial.
La isla está esperando a que la descubras.